Ricardo Arjona - Me enseñaste
me enseñaste a dividir,
que la suma de uno y uno siempre es uno,
si se aprende a compartir.
Me enseñaste que los celos son traviesos,
que es mitad falta de sesos y mitad inseguridad,
me enseñaste a ser pareja en libertad,
me enseñaste que el amor no es una reja,
y que es mentira la verdad.
Me enseñaste que no es bueno el que te ayuda,
sino el que no te molesta,
me enseñaste que abrazado a tu cintura,
todo parece una fiesta,
me enseñaste muchas cosas de la cama,
que es mejor cuando se ama,
y que es también para dormir,
me enseñaste entre otras cosas a vivir,
me enseñaste que una duda puede más que la razón.
Pero fallaste mi gurú,
se te olvidó enseñarme qué hago si no estás tú.
Me enseñaste de todo excepto a olvidarte,
desde filosofía hasta como tocarte,
a saber que el afrodisíaco más cumplidor,
no son los mariscos sino el amor,
pero no me enseñaste a olvidarte.
Me enseñaste de todo excepto a olvidarte,
a convertir una caricia en una obra de arte,
a saber que los abogados saben poco de amor,
y que el amor se cohíbe en los juzgados.
Pero no me enseñaste a olvidarte,
pero no me enseñaste a olvidarte.
Dónde se apaga el amor que quedó,
no encuentro el interruptor,
si hay que aceptar que nuestra historia voló,
de dónde saco el valor.
Me enseñaste de todo excepto a olvidarte,
desde filosofía hasta como tocarte,
a saber que el afrodisíaco más cumplidor,
no son los mariscos sino el amor,
pero no me enseñaste a olvidarte.
Me enseñaste de todo excepto a olvidarte,
a convertir una caricia en una obra de arte,
a saber que los abogados saben poco de amor,
y que el amor se cohíbe en los juzgados,
pero no me enseñaste a olvidarte,
pero no me enseñaste a olvidarte.
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