Ricardo Arjona - Duele verte
y le sobran argumentos,
duele verte anestesiada porque así se dio la cosa,
porque así quiso tu suerte.
Mientras yo caliento el banco de suplentes,
con la camiseta puesta pa’ incluirme en tu futuro,
mientras yo te doy de día,
lo que él no cumple en las noches,
aquí está tu clandestino,
pa’ jugar al escondite como amante guerrillero,
pa’ cubrirte tus carencias de ternura y desenfreno,
aunque yo no esté en la foto.
de la sala de tus padres.
ni en el bautizo del sobrino.
Y es que tú ahora tienes dos y a mí me dividen una.
Cierra puertas y ventanas,
que el mismísimo cielo pondrá una sucursal,
en el séptimo piso,
a las once cincuenta,
mientras duren los besos si permita el reloj.
Cierra puertas y ventanas,
que en noventa minutos habrá que condensar,
las caricias que caben en los huecos que dejan,
los encuentros furtivos y la soledad.
Y es que tú ahora tienes dos y a mí me dividen una.
Puede ser que tu conciencia te castigue por las noches,
y te aliente en las mañanas,
puede ser que un día de tantos nos quedemos sin futuro,
y tu sigas con tu teatro.
Mientras tanto dame un beso atrincherado,
de esos que por ser culpables,
son como agua en el desierto,
tómame como al tequila,
de un golpe y sin pensarlo,
que si alguien sale ganando eres tú,
querida amiga,
aunque pienses lo contrario.
Y es que tú ahora tienes dos y a mí me dividen una.
Cierra puertas y ventanas,
que el mismísimo cielo pondrá una sucursal,
en el séptimo piso a las once cincuenta,
mientras duren los besos si permita el reloj.
Cierra puertas y ventanas,
que en noventa minutos habrá que condensar,
las caricias que caben en los huecos que dejan,
los encuentros furtivos y la soledad.
Y es que tú ahora tienes dos y a mí me dividen una.
Cierra puertas y ventanas,
que el mismísimo cielo pondrá una sucursal,
en el séptimo piso a las once cincuenta,
mientras duren los besos si permita el reloj.
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