Ricardo Arjona - Animal nocturno
conquistar a chicas del jet set,
o a mujerzuelas de esquina,
si es que no son la misma cosa,
con diferencia de precio.
Entrar a algún bar sin conocer,
ni que me conozcan,
entonar una canción ,
y esperar el trago de cortesía,
que siempre venia,
era mi filosofía.
Hasta que un productor,
según él me hizo el favor,
de grabarme un disco,
y metió la inspiración en una computadora,
y aquel fuego de libertad,
en refrigeradora.
Me dijeron quítate esos jeans y esa camisa vaquera.
tendremos que cambiarte de look,
pues ese nadie lo aprueba,
tendrás imagen nueva,
y una prospera carrera.
Luciendo siempre cara de mascota,
recién comprada,
salía en la tele con cierto dejo,
de tristeza en la mirada,
y el alma enfadada,
de cantar sin decir nada.
Me cansé de los representantes,
y cócteles de moda,
me cansé de toda esa gente,
que dice que te adora,
das la espalda y te ignora,
me harté de no ser el mismo.
Me compré unos cuantos amigos,
una novia y un perro,
los amigos y la novia se fueron,
solo me quedó el perro,
que no tiene prejuicios,
y me acepta como soy.
Por eso vine a este bar,
y aquí me pagan diez mil pesos la hora,
tengo un cuarto con balcón,
y hasta una chica que me adora,
y es tanta mi fe que aunque no tengo jardín,
ya compré una podadora ,
y es tanta mi fe que aunque no tengo jardín,
ya compré una podadora.
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